
Herberd "El Profe" Ureña
Percusión
Desde que tocaba melodías en su flauta en la estudiantina de la escuela República de Chile, Herbert Ureña ya tenía la música tatuada en los huesos. Lo que otros niños veían como un pasatiempo escolar, él lo convirtió en una conversación musical. Escuchaba una canción en la radio y ya la estaba tocando. En su casa, cualquier lata o cajeta se convertía en tambor. Las aceras de la 44 en Bella Vista fueron sus primeras tarimas, y las rumbas improvisadas, su debut ante el caos del mundo.
Después llegó “El Hogar”, y con él, la marcha. Fue Ricardo Moreno quien le presentó su primer pentagrama: ahí empezaron los rudimentos y el despertar de una vocación seria. La Banda Republicana le abrió los oídos a una dimensión más profunda de la música, donde sus tonadas no solo se sienten, se respiran.
La escena nocturna lo reclamó pronto. Se volvió parte de un linaje de músicos de peso —tocando con caballos de la talla de Orlando Barroso, Becabunco, Berna, Wichy, Ellis, Barraza con los que aprendió muchísimo— y de ahí, la historia se escribió sola. Tocó con The Outfield, grabó con Prince en el disco 3121, con Ángel López (Cantando Historias) con canciones de Omar Alfanno, tocó con Bacilos y giró años con Los Rabanes, llevando su pegada a escenarios que muchos solo sueñan. Músico de sesión y en vivo además para grandes musicales en el país
Hoy, Herbert no solo toca: crea, conecta y transforma. Su presencia en The Mother Rockers no es casualidad, es una extensión natural de una vida vivida al ritmo de su propio beat. No sigue la música. La música lo sigue a él..
